En el puerto se escucha la bocina de otro crucero más , en cuestión de minutos aparecerán turistas como locos inundando la ciudad , con chanclas ridículamente combinadas con unos calcetines altos blancos y una cámara en las manos , de la que no se separarán un minuto , le sacarán fotos a cualquier estupidez y no se pararán a admirar la ciudad de la forma que se merece .
Hace calor , así se puede disfrutar mejor de la deliciosa brisa marina , del olor a mar y del sonido arrullante de las olas , por momentos así es adorable vivir en una ciudad con mar , indispensable para un verano "perfecto" .
Después de reírme de los turistas me levanto y me voy a seguir con mi vida rutinaria , porque al fin y al cabo , somos tan predecibles , que seguimos haciendo cada día las mismas cosas , enrollados como hilos en un ovillo de lana que es la sociedad , sin contacto humano , sin placer más allá de lo cotidiano , pero supongo que nos hemos acostumbrado a ser así , y puede que no queramos cambiar , al igual que esos turistas , somos lo que nos han enseñado a ser , y nos han enseñado a que nos guste , de tal forma que ese ovillo se harán tan grande como la mentira en la que vivimos .