domingo, 11 de marzo de 2012

Sin ti no hay yo


Antes de un adiós mejor nos despedimos, no sea que el destino se convierta en asesino, el problema es que  tenerte me resulta inevitable,  indispensable. 
No quiero vivir atada a los latidos de tu carne, saltare al vacío, soltare lo que ya es mío para evitar que un día te marches y con tu olvido me desarmes, saltare al vacío, como un  de esos pájaros sin nido para caer en el abismo, para olvidarme de mi misma y levantarme.


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