Las tenía contadas, veintiuna. Veintiuna eran las veces que sonreías cada día, estaba más que comprobado. Hasta en tus peores momentos... pero lo mejor eran las veces que se te escapa una sonrisilla entre tus olluelos que casi nadie podía ver, esas era como sin contaran por diez y sin dudarlo, eran mis preferidas.
Por ese momento en el que casi llegamos a tenerlo todo.
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