martes, 21 de junio de 2011

Observando a la nada.

Me dejas en la puerta de casa. Pasa por mi mente la primera vez que me tragiste. La lluvia nos empapaba, pero todo era cálido, tierno, muy tierno, mi sonrisa reflejada en tu mirada te pedía que por favor, te quedaras. Ahora la lluvia solo hiela el corazón. Cierro la puerta del coche y, caminando hacia la puerta de casa, veo tu reflejo a través del cristal. Tu mirada se cruza con la mía, vacías, llenas de rencor, de dolor, de aún un poco de amor, de recuerdos… y te vas, te has ido. No volverás.

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